Los bebés nos traen alegría. Ver sus bracitos y piernas y esos cachetes tan gorditos nos hace querer abrazarlos, besarlos y nunca soltarlos. Pero, ¿qué pasa cuando tu bebé no es gordito y sólo piensas en su peso?

Cuando nació mi hijo, semanalmente teníamos que llevarlo a que lo pesaran y cada vez sentía que mi corazón se detenía. Rezaba y le pedía a Dios que hubiera aumentado de peso. Mi hijo nació largo pero delgado y ahora a sus 11 meses, sigue largo pero delgado. En cada pesaje, los médicos me decían que no estaba aumentando de peso y me advirtieron que tendría que darle fórmula. Sentí que le estaba fallando a mi bebé y me frustraba con mi leche materna. Pero me dije a mí misma que no me daría por vencida y no dejaría de amamantar. Después de unas semanas, comenzó a subir peso y me sentí orgullosa, como si estuviera ganando loterías semanales.

Mi hijo ahora está comiendo sólidos, pero no está subiendo de peso. El pediatra me advirtió otra vez que tendré que incorporar la fórmula. Mi objetivo es llegar a un año de leche materna exclusivamente. Una vez más me preocupa su peso.

Estaba hablando con una mama nueva y una madre con 2 hijos y compartimos historias similares sobre la presión de tener bebés gorditos. La nueva mamá dice que su familia la hace sentir cómo si fuera su culpa que su hijo no esté aumentando de peso. Se preocupa por la salud de su bebé y compara a su hijo con otros bebés. La otra madre dijo que pasó por lo mismo con sus dos hijos y que a veces la culpa de madre era una carga pesada. No fue hasta que se dio cuenta de que ella era la que hacía que la cuestión del peso fuera más importante de lo que era. Ella nos dijo que tenemos que dejar de comparar. No es una carrera para ver quién tiene el bebé más gordito. Ella dijo que los bebés pasan por períodos de crecimiento y mientras no haya problemas de salud serios, no deberíamos estar tan obsesionadas con el peso.

Y tener un bebé gordito no significa necesariamente que el bebé esté sano. El pediatra de mi prima dijo que mi sobrina esta muy gordita y que necesita reducir la alimentación. Así que ahora mi prima está comparando el peso de su bebé con mi bebé.

El peso es importante, pero no es el factor determinante de si estamos haciendo o no un buen trabajo en la maternidad. Por supuesto que tenemos que escuchar a los pediatras, ya que ellos son los expertos y les confiamos a nuestros bebés. Pero recuerden que ellos siguen ciertas normas médicas y no debemos tomar cada una de sus palabras al pie de la letra.

Mamá: sólo tú conoces a tu bebe y tu intuición de madre no te fallará. De alguna manera, asociamos el peso del bebé como un trofeo de cómo nos desempeñamos como madres. Es una especie de cinta de felicitación que usamos.

Mamás, el verdadero premio es tener a nuestros bebés.